«-AT THE GATES: El Adversario-

“Ultima línea de un verso muerto en la orilla de los dedos”

(IV)
Atrapado en un verso que no escapa.
Una fulgurante gota de agua que no deja de caer,
bucle eterno de una sinfonía de Bach.

Una pretensión exacerbada de decir lo indecible,
cuando las palabras en su finitud del mundo conocido
vuelan como balas hacia el exterior del cuerpo,
pero como un bumerang,
retornan y matan al mismo cuerpo,
lo degollan, lo cercenan.

Tendido en el asfalto
con su pretensión al otro lado de la acera,
sin poder mirarse ni siquiera los pies
por una palabra,… una sola palabra."
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-z.madrid-

Me he preguntado: cómo pasan las horas en tu reloj de arena,

y con ese pretexto,

he cabalgado en mis sueños para alcanzar una espumosa nube

que ha pretendido con garabatos dibujar ese misterio.

 

Siempre despierto con la misma sensación de que tus años

se han escapado por alguna rendija que no he percibido

y entre más lo pienso, más se pierden los intentos.

 

Cada noche vuelvo a juntar los parpados,

y cada mañana trato de no despegarlos,

así tal vez en los intervalos en que mi cuerpo decide

mantenerse dormido,  puede que algún día

encuentre tu rostro dibujado cerca de mi almohada.

 

Y atraparé tus sueños,

y atraparé tu tiempo.

 

La arena de tus años vendrá a postrarse al pie de mis huellas

y podré despertarme sin miedo a que te pierdas

entre la multitud de gentes,

porque nunca he visto tu rostro, porque no sé quién eres.

 

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Poète noir – POETA NEGRO

Poète noir 

 

Poète noir, un sein de pucelle te hante,

Poète aigri,

La vie bout et la ville brûle

Et le ciel se résorbe en pluie;

Ta plume gratte au cour de la vie.

Forêt, forêt, des yeux fourmillent

Sur les pignons multipliés;

Cheveux d’orage, les poètes

Enfourchent des chevaux, des chiens.

Les yeux ragent, les langues tournent

Le ciel afflue dans les narines

Comme un lait nourricier et bleu,

Je suis suspendu à vos bouches

Femmes, cours de vinaigre durs.

 

***

 

Poeta Negro

 

Poeta negro, un seno de doncella

te obsesiona

poeta amargo, la vida bulle

y la ciudad arde,

y el cielo se resuelve en lluvia,

y tu pluma araña el corazón de la vida.

Selva, selva, hormiguean ojos

en los pináculos multiplicados;

cabellera de tormenta, los poetas

montan sobre caballos, perros.

Los ojos se enfurecen, las lenguas giran

el cielo afluye las narices

como azul leche nutricia;

estoy pendiente de vuestras bocas

mujeres, duros corazones de vinagre.

 

* Antonin Artaud

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APLASTAMIENTO DE LAS GOTAS

Yo no sé, mira, es terible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se
aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer yno se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse u se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, desecha, nada, una viscosidad en el mármol.
 
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inicentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
 
* Julio Cortázar
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-22-


Entro la madrugada…

Y el olor de las rosas se colaba
entre las rendijas velludas
que no tenían memoria.

Y el tiempo se detuvo,
pensábamos que era el tiempo.
Y debajo del cielo estrellado y claro,
claro y estrellado, permanecíamos,
fundiendo nuestros cuerpos
con caricias sobre pieles,
también sin memorias.

Y el horizonte a lo lejos,
siendo la caricia entre el mar y el cielo.

Y las palabras
desdibujaban el silencio,
y las miradas descubrían nuevos puentes
entre los labios que desnudaban un suspiro,
un suspiro que no sería eterno
a falta de memoria.
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Canto en el sur

Esta noche, en el sur

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

de piel morena, oscura, oscura,

con estrellas metidas por dentro

y por fuera sudor, cáscara ruda.

 

Tengo la sangre hirviendo

como un sinuoso trueno derramado,

tengo las manos ásperas

como herramientas duras y soleadas;

tengo los ojos lúbricos

como lúbricas raíces.

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Te vi ayer en el Norte;

vi en el Norte lo mismo, el mismo

y primario dolor sobre los cuerpos,

el aguardiente galopando a sorbos

y lo demás lo mismo: el mismo

brazo sudando a contraluz sangrienta,

el mayoral que brama entre los árboles,

los mismos ojos sin calor, la misma

temblorosa epilepsia del sudor,

los mismos exprimidos,

¡los mismos coronados!

 

Esta noche, en el Sur,

me he mirado en tus ojos.

 

Soy como tú,

la misma turbulencia contra el mismo espejismo,

idéntico remando bajo la misma noche.

 

Conservo el sortilegio

de estas zonas arbóreas que me cercan;

tengo la risa ronca

y estas anchas tristezas.

 

De piel morena, oscura,

pisando en el calor exasperado.

 

* Resoles Áridos (1948-1949)

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-24-

Todos hablan
de lo que han encontrado en el camino.
Algunos también hablan
de lo que no han encontrado.
Y unos pocos se refieren
a lo que no es posible encontrar.

Pero hay quienes hablan de un encuentro
que surge como una emboscada entre las manos,
como una golondrina que nunca formo parte
de ninguna bandada,
como un gesto secreto que recoge
la compasión que falta en los encuentros.

Todo encuentro se crea
como agua ante la sed.
El resto es un espejismo
que ni siquiera alcanza
para desconcertar al desierto.

 

* Roberto Juarroz. Duodécima Poesía Vertical. 

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La esencia de lo perdido…

Las palabras…
Ni si son tuyas o si son de otros.
Ni si las zarandeas, ni si las dejas reposar
alguien recuerda su dignidad.
 
La "gente" lee por encima, escucha por debajo,
pero nunca leen o escuchan, realmente, las palabras.
 
Todos buscan, siempre, más allá de lo que tienen,
de lo que pueden dar
y por eso nadie encuentra nada.
 
Porque lo insignificante se menosprecia
y se adolece de la enfermedad de lograr lo imposible,
cuando en lo posible
está en forma desmedida
eso que afanosamente buscan,
pero se pierden comprando miradas
en vez de mirar las que sostienen…
Y tal vez en ello radique la esencia de lo perdido.
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La Chispa Adecuada

 
Las palabras fueron avispas
y las calles como dunas
cuando aun te espero llegar

En un ataúd guardo tu tacto y una corona
con tu pelo enmarañado
queriendo encontrar un arcoiris infinito

Mis manos que aún son de hueso
y tu vientre sabe a pan
la catedral que es tu cuerpo

Eras verano y mil tormentas
y yo el león que sonríe a las paredes
que he vuelto a pintar del mismo color

No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple

Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada

El fuego que era a veces propio
la ceniza siempre ajena
blanca esperma resbalando por la espina dorsal

Ya somos más viejos y sinceros y que más da
si miramos la laguna como llaman a la eternidad
de la ausencia
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada

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